6 ago 2013

VALLE DE HUNZA (Pakistán), vida longeva.

En el corazón de las montañas más altas de la tierra, allá donde las cuatro grandes cadenas montañosas del Pamír, el Hindu Kush, el Karakorum y el Himalaya se unen, surge el profundo valle de Hunza que discurre hacia el sur formando uno de los paisajes más bellos del continente asiático.

El valle de Hunza se encuentra a unos 2.400 metros de altura y se extiende por una superficie de 7.900 km². La ciudad más importante y capital es Karimabad, conocida por el espectacular paisaje de montañas que incluye el pico Rakaposhi de 7.788 mts.File:Hunza Valley from Eagle Point.jpg

Toda la región es de una gran belleza. La Carretera del Karakórum que une Pakistán con China pasa por este valle. Está poblado por el pueblo "hunza" que hablan burushaski; también se habla el wakhi y el chino; la mayoría de la población es ismaelita. Fue el centro del antiguo Principado de Hunza abolido en 1974.

Esta región es conocida también como el lugar en el que se encuentra Shangri-lá, la tierra de la juventud eterna. El escritor norteamericano James Hilton se inspiró en el valle para su novela Horizontes perdidos (1933),

Aquí se encuentra el hogar de los kalash, la mítica tribu que protagoniza la novela de Rudyard Kipling El hombre que pudo ser rey.

A  finales del siglo XIX esta región era conocida como Kafiristán, la «tierra de los infieles». El origen de los kalash sigue siendo un enigma. Alejandro Magno habla sobre su encuentro con un pueblo que decía ser descendiente de Dionisius, el dios griego del vino. Era común que los persas exiliaran a los griegos de Asia Menor a los lugares más orientales de su imperio. En este remoto lugar se dan un gran número de similitudes con la antigua cultura griega como la estructura y las leyes de su gobierno y la fabricación de su propio vino.

Sólo después de la II Guerra Mundial los kalash empezaron a abandonar sus pintorescos y ebrios festivales. Los adornos que las mujeres colocan en sus cabezas son similares a los utilizados por los bailarines griegos y las flautas que usan en las danzas también se encuentran en Grecia. Las sillas bajas que utilizan para sentarse no existen en ningún otro lugar del continente. Su idioma contiene muchos elementos del griego, persa y sánscrito y no es raro observar a niños rubios y de ojos claros. En la actualidad 2.500 kalash siguen resistiendo al imparable avance del islam, negándose a perder una identidad de la que se sienten muy orgullosos.

Para llegar al Valle de Hunza, en Islamabad se pueden alquilar vehículos con o sin conductor (la segunda opción no es muy recomendable) Para los más lanzados o con poco presupuesto, es recomendable viajar en transporte público utilizando alguno de los pintorescos y llamativos autobuses pakistaníes. Se pueden coger en el Raja Bazar de Rawalpindi.

La ciudad más importante del valle es Baltit (Karimabad) que también es una buena base para hacer senderismo. En esta pequeña población hay una amplia oferta de hoteles y restaurantes, la mayoría bastante básicos pero limpios y a buenos precios.

+ INFO:http://dondeandanestos.blogspot.com.es/2009/07/valle-de-hunza.html

El Khyber Pass, lugar mítico peligroso.

El Paso Jáiber (en inglés: Khyber, pronunciado Jáiber) también conocido como Khaiber, Khaybar o desfiladero Jáiber es un cruce ubicado en la cordillera Spīn Ghār sobre la frontera entre Afganistán y Pakistán.Paso de Khyber

Con cerca de 53 km de largo, fue históricamente el punto de mayor acceso para las invasiones del subcontinente Indio desde el noroeste. Fue cruzado persas, griegos,mogoles y afganos desde el norte, y por los británicos desde el sur. Los pashtun tribu afgana del área del Jaiber resistieron por mucho tiempo al control extranjero, pero durante la Segunda Guerra Anglo-afgana en 1879, las tribus del Jáiber cayeron bajo dominio británico.

Actualmente la zona es controlada casi enteramente por Pakistán.

Los ejércitos han aprovechado esta vía de comunicación desde el año 330 a. de C., cuando Alejandro Magno y sus fuerzas lo usaron para llegar a India. El paso de Jáiber es uno de los más renombrados mundialmente, con un pasado a menudo violento y sacrificado, ya que reiteradas veces fue utilizado durante campañas militares.paso khyber 4

En nuestros días, el Paso de Jáiber es atravesado por dos vías principales, una para tráfico motorizado, y otra (ligeramente más elevada) para las caravanas tradicionales. La ruta principalmente es utilizada para comunicar la ciudad de Kabul con la ciudad de  Peshawar. La zona es de mayoría pastún, y el paso era relativamente seguro antes de la guerra de Afganistán del 2001, ya que era vigilada por hombres de las

tribus locales pagados por el gobierno, y ya que los crímenes cometidos contra viajeros estaban sujetos a castigos colectivos. Después de la guerra, los Talibanes

se apoderaron de la región, obligando a la armada pakistaní a cerrar la vía de comunicación cada vez con más frecuencia, en oportunidad de las reiteradas ofensivas miliares, y mientras que la OTAN buscaba otros pasos alternativos, fundamentalmente desde Rusia o desde el Asia central, para aprovisionar a las fuerzas de paz.paso khyber 5

Esta área está habitada por los Pathans (patanes) o Pusthuns (pastunes), que son unas tribus montañesas de guerreros. En teoría todo este territorio es de Pakistán, pero ese gobierno nunca lo ha controlado, por lo que son estas tribus las encargadas de controlarlo todo. Para muchos turistas el cruzar este paso es toda una aventura, en especial porque es el único paso legal entre estos dos países.

+`INFO: http://blogs.20minutos.es/enguerra/tag/paso-khyber/

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CARRETERA DEL KARAKORUM, el techo del mundo.

KKH, Karakorum Highway (en inglés): sólo el nombre ya impresiona. 1.250 kilómetros que unen Islamabad y  Kashgar, la ciudad caravanera de Asia Central, discurriendo paralela al Indo y al Hunza por un trazado extremo, la cordillera más alta del mundo.

 

Todavía no hace 25 años que se construyó y ya es una leyenda. La KKH atraviesa el techo del mundo, serpenteando entre las murallas del Karakorum, el Pamir, el Hindu Kush y, finalmente, el Himalaya.

Construida en medio de la orografía más adversa del planeta, la cantidad y dificultad de los accidentes geográficos, así como la meteorología, hacen que sólo se pueda circular por la KKH unos cuantos meses al año. En invierno permanece cerrada.

A pesar de todo, los desprendimientos y hundimientos son constantes y un peligro real para todo vehículo o persona que la recorre.

  La carretera del Karakorum es más que un nexo entre China y Pakistán: en un entorno de paisajes dispares, une nómadas hospitalarios y chinos que hablan persa. La leyenda acompaña la Karakorum Highway, desde incluso antes de nacer. Por donde ella pasa, pasó uno de los ramales más difíciles de la Ruta de la Seda. Atraviesa la confluencia de las cuatro cordilleras más altas de la Tierra: el Himalaya, el Karakorum, el Hindu-Kush y el Pamir.

China y Pakistán tardaron 20 años en construirla, al enorme precio de 892 vidas humanas. Hubo que desmontar montañas, esquivar glaciares, abrir túneles, tender decenas de puentes y superar miles de torrentes y rieras.

Y sin embargo es una obra inacabada: el tráfico sólo circula entre el 1 de mayo y el 15 de octubre; en invierno, la nieve obliga a cerrarla, y cada primavera, un ejército de trabajadores ha de reparar lo que el hielo, el frío y las riadas han destruido.

Aunque su inicio está en Islamabad, muchos prefieren saltarse la desgarbada nueva capital pakistaní -comenzada a construir el 1961- para empezar la ruta en Peshawar, la indómita, la misteriosa. A tan sólo 100 kilómetros de la frontera de Afganistán y del legendario Khyber Pass, algo de salvaje se respira en el aire. Cruce de caminos entre la civilización india de la llanura y el mundo de los nómadas del Asia Central, bazar inmenso, mercado de alfombras, de armas y de drogas, una mezcla de razas y etnias, de atuendos, ropajes, turbantes y rostros, Peshawar es fascinante.

El tráfico de camiones pakistaníes, pintados de alegres colores, es incesante. La carretera deja el Indo a un lado, pasa Gilgit y entra en el valle de Hunza, enclavado entre picos blancos que sobrepasan los 6.000 metros. Hunza, pequeño edén: los campos de trigo y mijo, flanqueados por altivos chopos, escalan las vertientes empinadas en un dédalo de terrazas que al sol brillan como el jade. Son pequeños oasis donde crecen huertos de frutales, almendros, higueras y nogales. El agua gorgotea en multitud de acequias, y las delgadas siluetas de los álamos temblando al viento se recortan contra la blancura de la nieve del Rakaposhi, que, con sus 7.788 m, es la primera gran cima de la cordillera del Karakorum.

Más allá el deshielo de los glaciares provoca avenidas de roca, fango y agua que cortan la carretera por horas y, a veces, por días. El paisaje se torna desértico, un roquedal de una desnudez sin contemplaciones. Las huellas de las avalanchas son cicatrices lacerantes. Las rocas de pizarra brillan con fulgor plateado. Y aun así, aparecen, no se sabe de dónde, pastores de largas barbas rojas con rebaños de cabras.

 

Y, por fin, el Khunjerab Pass, el puerto de 4.693 metros de altitud. Allí arriba todo es intenso: el azul del cielo, el aire frío y seco, la luz, la soledad humana y la emoción de los viajeros. Nada más iniciar el descenso por el lado chino del Karakorum, la carretera emprende una alocada cuesta abajo por un amplio y larguísimo valle glaciar cubierto de derrubios de pedruscos y cantos afilados.

Vertiginoso descenso enfilando cañones por los que rugen torrentes turbulentos de aguas del color de la malaquita, lleva hasta la llanura, calurosa, sedienta, y al verdor del oasis: allí está Kashgar, la meta. Habitada por musulmanes uigures de lengua turca, la chinización de los últimos veinte años le ha robado parte de su sabor ancestral, pero sus bazares son aún un retrato de los viejos bazares de otros siglos, y su mercado de los domingos continúa siendo uno de los más importantes de Asia Central. Y en ellos, mezclados con los comerciantes pakistaníes y chinos que cargados con equipajes imposibles hacen la ruta vendiendo y comprando en los bazares del camino, los viajeros podrán sentirse parte de la vieja, imperecedera, siempre renaciente ruta de la seda.

 La KKH une Islamabad, capital de Pakistán, con Kashgar, la primera gran ciudad del Turkestán chino. Es un viaje para hacer con tiempo, disfrutando de la continua transformación del paisaje y de las escalas, descubriendo en cuerpo propio el significado de las distancias. Lo importante no es llegar. Lo importante es el camino.

+ INFO: http://elchorrilloviajar.blogspot.com.es/2012/10/en-el-karakorum-pakistan.html

PESHAWAR (Pakistán), nido de espías.

Peshawar, capital de la provincia fronteriza del noroeste, es la ciudad de los pastunes, que van peinados con sus voluminosos turbantes verdes, vestidos con pantalones bombachos y la cartuchera al hombro. Durante años, la ciudad que servía de retaguardia a los muyaidines afganos, era una encrucijada de intrigas por la que pasaban los representantes de las organizaciones humanitarias, los políticos, los traficantes de armas, los periodistas, los consejeros militares así como las policías secretas pakistaní y americana.
El Khyber bazaar es, sin duda, el barrio más popular y el más animado, en el que las tiendas y los cafés lindan con pequeños hoteles y puestos de mercaderes ambulantes. En el interior de la ciudad antigua, más allá del barrio de los joyeros, el Shinwari Plaza es un complejo de pequeños puestos en el que se encuentran las joyas más bellas de Afganistán, magníficas antigüedades y bordados. descarga
 
Peshawar es el punto de partida para una excursión hacia el Khyber Pass, uno de los puertos más famosos del mundo, por donde pasaron los persas y las tropas de Alejandro Magno.descarga (1)
   Peshawar es la capital de la provincia de la Khyber Pakhtunkhwa en Pakistán, y centro administrativo de las Áreas tribales de Administración Federal, aunque no sea la capital de dicho territorio. Fue fundada por Kaniska, rey del Imperio kushán, en el siglo II d. C.(poco antes del año 144)
El nombre Péshawar deriva del sánscrito Púrusha Pur (ciudad de varones, o ciudad de Dios).la ciudad fue uno de los principales centros de la antigua Ruta de la Seda y un importante cruce de rutas entre varias culturas del Sur, Centro de Asia y el Medio Oriente.
Localizada en las puertas del Paso de Khyber, cerca de la frontera afgana, es la capital económica, comercial, política y cultural de los pastunes en Pakistán. IMG_0022


Durante la Guerra de Afganistán (1978-1992) se convirtió en la "Casablanca" de Asia occidental, llena de espías, trabajadores, trabajadores de la salud y refugiados.Su población es de 1.500.000 habitantes (según estimaciones para 2012). Ubicada al lado del paso Khyber, esta ciudad es una conexión entre Pakistán y Afganistán, y posee muchos refugiados e inmigrantes provenientes de este último país. Las principales atracciones de Peshawar incluyen la mezquita de Mahabat Khan, el bazar de Qissa Kahwani y su museo central.Peshawar_bus_and_rickshaw
La ciudad destaca por sus santuarios budistas, uno de los cuales contenía reliquias de Buda que fueron trasladadas a Birmania y también posee edificios mongoles, sijs y británicos.Sus bazares han estado abiertos durante cientos de años y comercian con artículos que las caravanas traen desde Asia central.

Si haces el recorrido por la HHK (carretera del Karakorum) y no temes el peligro, una paradita en Peshawar puede resultar de lo más exótico y arriesgado también.

+ INFO: http://www.easyviajar.com/pakistan/peshawar-2713